¡Larga vida a los RAEE!
Todos merecemos una segunda oportunidad, incluidos los RAEE. Los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos inundan, sin darnos cuenta, nuestra vida diaria. Todo va sobre ruedas cuando funcionan perfectamente pero, ¿qué ocurre cuándo se estropean, se quedan obsoletos o simplemente, necesitamos cambiarlos? Llegados a este punto, toca actuar, pero actuar bien.
Según el informe Global E-waste Monitor, de la Universidad de las Naciones Unidas (UNU), los españoles generamos, aproximadamente, una media de 20 kilos de basura electrónica por persona al año, unas cifras demoledoras que nos tienen que hacer reflexionar sobre la necesidad de darle larga vida a los RAEE. ¿Pero cómo? Reutilizándolos y, si ya no fuera posible, reciclándolos.
Las ventajas de reciclar este tipo de residuos, pero siempre de manera correcta, es que se les proporciona una segunda vida a los materiales, fomentando así la economía circular. Para ello, es primordial asegurarnos de que su destino final sean centros autorizados de tratamiento y gestión, algo que garantizan los Sistemas Colectivos de Responsabilidad Ampliada del Productor (SCRAP), organizaciones sin ánimo de lucro constituidas por los fabricantes e importadoresde aparatos eléctricos y electrónicos (AEE).
El reciclar estos residuos también supone una menor extracción de los recursos naturales, lo cual conlleva un ahorro de energía, así como el reciclaje de materiales que sirve para la fabricación de nuevos productos.
No podemos olvidar que los RAEE contienen elementos peligrosos, tanto para las personas como para el medio ambiente, generando grandes riesgos para la salud. Y es que los residuos que no se tratan como corresponde contaminan el aire, el agua e incluso el suelo. Por ejemplo, gestionando adecuadamente los frigoríficos se evita la liberación a la atmósfera de gases fluorados, que son causantes del efecto invernadero.
Así que, si vas a cambiar cualquier electrodoméstico, recuerda hacerlo de manera correcta, o por qué no, ¿darle una segunda oportunidad?